Según las estadísticas, hay un 13% de personas zurdas, es decir, aquellas que tienen una dominancia lateral en la que la parte izquierda adquiere un mayor peso, fuerza y precisión. El hecho de ser claramente minoría, ha provocado que históricamente hayan tenido que salvar ciertos problemas, incomodidades e, incluso, en otras épocas represiones y descalificaciones.
Hoy en día es algo impensable, pero en siglos anteriores, sobre todo durante la Inquisición, las personas zurdas eran vistas como adoradores de Satán, así como enfermos. Por ello, eran perseguidos y duramente castigados, incluso con la hoguera. Estas medidas, impensables hoy en día, tampoco están tan lejanas. Hasta hace bien poco, apenas unas décadas, se trataba de “reconducir” a los zurdos en el hogar y en las aulas. El objetivo era que usaran la mano derecha, llegando a poner contenciones físicas en la siniestra.
Por suerte para todos, ser zurdo hoy en día ya no está visto como algo malo, una enfermedad ni mucho menos demoniaco. Gracias a la ciencia y a todos los estudios realizados en este campo, se ha podido comprobar que el hecho de ser diestro o zurdo se debe específicamente a un componente genético que predispone a la persona desde su nacimiento.
¿Sabías que ser zurdo cuenta con una mayor incidencia en hombres que en mujeres? La razón puede deberse a la testosterona, uno de los factores señalados como desencadenantes para que una persona se decante por la izquierda. Como es obvio, los varones cuentan con niveles mucho más elevados de esta hormona.
Se intuye, pero no se sabe por qué las personas son zurdas
Realmente, ha habido muchas investigaciones científicas al respecto, pero no hay una razón clara todavía. La ciencia todavía no ha conseguido determinar el por qué, aunque sí que se ha determinado su funcionalidad. En este sentido, los diestros poseen un hemisferio izquierdo dotado para cosas como el sentido común, las normas, la escritura, las leyes o la cognición. Este hemisferio se encarga también de la parte motora derecha de nuestro cuerpo. El hemisferio derecho, en cambio, se encarga de las emociones, los miedos… En el caso de las personas zurdas es justamente al revés.
Para terminar, hay que dejar claro que ser diestro o zurdo no implica ninguna ventaja o desventaja desde el punto de vista intelectual o físico. De hecho, grandes personalidades de la política, el arte, la ciencia o el deporte son zurdas. Es más, el hecho de ser zurdos en el deporte ha favorecido en muchas ocasiones a dichos deportistas, ya que, al tener la literalidad cambiada, sus contrincantes no están acostumbrados a trabajar ofensiva y defensivamente «del revés» por lo que les resulta más difícil afrontar la estrategia y la práctica del zurdo. Como decimos, el único inconveniente es tener que adaptarse a un mundo preparado y acondicionado para diestros.
